"Mi galería no es de alguien que ha estudiado arte", confiesa Rafael Pérez Hernando, que en 2004, después de 20 años de estar vinculado al mundo del arte antiguo, decidió arriesgarse a apostar por lo que le gustaba, abriendo su galería homónima en Madrid. Admirador de pintores clásicos españoles durante su adolescencia, Rafael emprendió estudios de Derecho. Pese a ello, su fracaso en una oposición marcó su entrada definitiva en lo que llama "el mundo maravilloso" del arte.

Comerciante de antigüedades, y, ahora, de obras contemporáneas, dos experiencias opuestas que le permiten reflexionar, de una nueva forma, sobre la temporalidad de las obras, ya que no distingue entre el arte antiguo y el moderno, sino que considera que "una obra interesante es la que alcanza el máximo de atemporalidad.". Aunque más dedicada a la pintura, la galería no quiere encerrarse en una sola técnica y en un grupo de artistas fijo. Lo demostró con su participación en PhotoEspaña en 2005 y 2006, con exposiciones de la fotógrafa marroquí Lamia Naji, instalaciones de Eduardo Valderrey, además de invitar a artistas no pertenecientes a la galería como, por ejemplo, Joan Hernández Pijuan, en 2004, que fue una de las últimas exposiciones del artista antes de su muerte.

Rafael cree que las galerías deberían colaborar más entre sí. Así, en el año 2006, con la galería Begoña Malone, ubicada a sólo 300 metros de la suya, organizaron una exposición de Matías Sánchez. Una experiencia positiva que además, confirma su oposición a la tendencia de muchas galerías a -dice- "controlar los artistas con grilletes".

Aunque cuatro años sea poco tiempo para hacer un balance en esta actividad, el galerista asume que las apuestas conllevan muchos fracasos. Sin embargo, considera que el mayor fracaso no es el económico sino dejar de creer en un artista en el que se ha puesto todo de uno mismo. Las obras que expone son las que logran decirle algo e inquietarle, un sentimiento que intenta transmitir a sus clientes aunque le parezca bastante difícil, y más aún, en tiempos de "vacas flacas" porque -añade- "los clientes fijos dejan de serlo cuando sus casas están llenas". El próximo mes de octubre, participará en la Tia Fair de Toronto, a la que ya asistió el año pasado, una oportunidad según Rafael, para él y sus artistas. Por Amelie Hernando - ARTEINFORMADO