Hasta ocho exposiciones individuales se le han organizado al pintor Bonifacio Alfonso Gómez, más conocido por Bonifacio, desde su fallecimiento hace algo más de un año, el 16 de diciembre de 2011, en su ciudad natal, San Sebastián, donde había nacido en 1933. De estas ocho muestras, seis han sido organizadas en espacios privados donde el artista expuso de forma habitual en los últimos años de su carrera, y dos en espacios públicos. En estos momentos, se pueden visitar dos de ellas, ambas en San Sebastián, " Bonifacio, 1933...2011" en la Sala Kubo Kutxa Espacio para el Arte, hasta el próximo día 7 de abril; y " Bonifacio" en Kur Art Gallery, en cartel hasta el 20 de mayo. El resto fueron inauguradas a lo largo del pasado año 2012: " Bonifacio. Collages" en Galería La Zúa (Madrid); " Bonifacio: Un recuerdo" en Rafael Pérez Hernando (Madrid) y " Bonifacio" en Marita Segovia (Madrid) -retrospectiva de su obra, organizada conjuntamente por estas dos galerías, especialmente sobre el período comprendido entre 1975 y 1985-; " Avanti vaporini" en Juan Manuel Lumbreras (Bilbao) -exposición con sus últimos trabajos, la suite litográfica ''Avanti Vaporini'', estampada por Antonio Gayo-; " Bonifacio" en la recientemente clausurada Fernán-Gómez Arte Contemporáneo (Madrid); " Bonifacios en la Fundación Antonio Pérez" en la Fundación Antonio Perez - Centro de Arte Contemporáneo de Cuenca. Además, la Galería Pilares de Cuenca, con quien llegó a realizar varias individuales, expuso obra suya en su stand de la última edición de Art Madrid''13.

Este prolífico pintor, dibujante y grabador, que vivió en París, México, Madrid y Cuenca, arranca su trayectoria artística en 1958 con su primera exposición individual en el Ateneo de la capital guipuzcoana. En Bilbao expondrá en la Sala Grises a partir de 1966. En 1970 comenzó a trabajar con la Galería Juana Mordó, volcándose de lleno en la pintura. A principios de los 70 se instala en la ciudad de Cuenca, donde permaneció 27 años y convivió con Fernando Zóbel, José Guerrero, Gustavo Torner y sobre todo con Antonio Saura. En 1989 le encargan la realización del diseño de veintiséis vidrieras para el ábside de la Catedral de Cuenca, junto con los artistas Gerardo Rueda, Gustavo Torner y Henri Dechanet. No obstante, será en 1991, rota su relación con Mercedes Iturbe, cuando se dedique a la realización de las vidrieras. A partir de este momento se instala en Madrid. En 1993 la Calcografía Nacional de Madrid le concede el Premio Nacional de Grabado. A partir de entonces la mayor parte de su actividad creativa se centra en el grabado, como las seis litografías que realiza en el año 2000 para el portafolio ''La bella Otero de Torrente Ballester''. En 2001 se le hace un catálogo-libro homenaje, en el que escriben nombres como el de Saura, Guillermo Cabrera Infante, Francisco Rivas, Severo Sarduy, etc. En 2005, se le concede el Premio Nacional de las Artes de la Comunidad de Madrid. Y en 2007, el Círculo de Bellas Artes de Madrid, le dedica, a modo de primera gran retrospectiva, la muestra antológica "En los campos de batalla", donde gracias a la colaboración de distintas entidades públicas, colecciones privadas -ver Museos/colecciones con su obra- y al propio artista vasco, se pudieron reunir lienzos, dibujos, series de grabados y litografías, desde 1968 hasta 2005, su última producción. La exposición fue acompañada de un largo-documental sobre Bonifacio, que lleva por título "Bonifacio. La cicatriz de la pintura", realizado ex-profeso por el área de producciones audiovisuales del CBA. Durante sus últimos años continuó trabajando en su estudio madrileño y participando en exposiciones, hasta su fallecimiento en diciembre de 2011 en San Sebastián, ciudad a la que había regresado meses antes al resentirse su salud. Gustavo Pérez Diez. ARTEINFORMADO