Viajamos a través de la fibra óptica desde Nueva York al pequeño pueblo leonés de Cerezales del Condado (España), donde nos espera al otro lado de la pantalla Alfredo Puente (León, 1976), curador de la Fundación Cerezales Antonino y Cinia, institución de carácter privado pero con una vocación inequívocamente pública, que, desde diciembre de 2008, desarrolla sus actividades, bajo tres ejes de actuación como son: etnoeducación, sonido y arte contemporáneo. 

"La Fundación Cerezales Antonino y Cinia no llegó a Cerezales del Condado para explicarle a ningún vecino de este sitio como le iba a salvar la vida el arte contemporáneo". Con esta declaración de intenciones, nuestro nuevo invitado en #AlEncuentroCon deja bien a las claras conocer el terreno que pisa y el propósito de la institución para la que trabaja desde hace 12 años.

No obstante, buena parte de la clave de éxito de la institución cultural leonesa -aunque Puente prefiere representarlo como una idea desde "cambios de problema"-, radica en pensar toda la programación e iniciativas con y para los vecinos del pueblo, lo que ha provocado contar con su incondicional apoyo e interacción desde el primer momento. 

En este sentido, la Fundación es, sin duda alguna, un caso bastante particular en el contexto nacional al trabajar desde una pequeña localidad rural de esas muchas que debemos incluir dentro de lo que se conoce como la España vaciada. 

Y es que, como le gusta recordar habitualmente a Puente, se trata "de un lugar con tan solo dos docenas de habitantes, con una densidad de población de 9,2 habitantes por Km2 y con una media de edad por encima de los 60 y 70 años".

Sin embargo, tampoco es menos cierto que la fundación gracias a su rigurosa e innovadora actividad cultural lleva años traspasando sus lindes, y, en esto, también, tiene buena culpa, el que, desde 2017, cuenten con un edificio múltiple de 2.800 m2, con el que, a nadie se le escapa, han ganado una mayor visibilidad y notoriedad nacional e internacional. Eso sí, sin perder la esencia, la visión, la misión y, sobre todo, la "escala humana" con la que partieron en aquellas antiguas escuelas de época republicana de Cerezales del Condado. 

Un espacio muy pequeñito -apenas 300m2-, que funcionaba a modo de project room, y que, como también reconoce Puente "les enseñó muchísimo durante sus primeros 8 años y que, de hecho, tuvo una componente importante a la hora de que la palabra ecología como la tratamos de entender y enfocar desde el equipo de la fundación no fuese una palabra que se detiene en un plano medioambiental...". 

Tras el parón provocado por la pandemia, el equipo de once personas que integran la Fundación Cerezales Antonino y Cinia no ve el momento de inaugurar, el próximo 23 de mayo, la nueva muestra "A punto de ser nada", con la participación de los artistas Irene Grau, Jorge Yeregui y Juan López. 

Como en todos sus proyectos expositivos hasta ahora realizados, de nuevo, vuelven a partir de una idea de "investigación muy real", a la que han dedicado, nada más y nada menos, que, tres años. Porque si algo es santo y seña de la institución leonesa es dedicar dilatados períodos de tiempo a la hora de pensar y diseñar sus proyectos expositivos sobre aquellos temas que les interesan y que Puente define como "a largo plazo".

A continuación, la entrevista completa.