El crítico, comisario y editor cubano Omar-Pascual Castillo (La Habana, 1971) es el nuevo invitado en #AlEncuentroCon por su reciente comisariado -junto a Octavio Zaya, Suset Sánchez y Dalia de la Rosa- del I Encuentro de Arte Actual LPGC - "La ciudad tomada", impulsado por el área de Cultura del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, y que, en medio del Covid y el Filomena, pudo, finalmente, celebrarse del 21 al 31 de enero, con la participación de 30 artistas de 8 países, en 7 espacios.

De la charla hemos entresacado varios extractos que nos adentran en lo que ha sido este primer Encuentro que puede haber puesto una semilla que podría germinar en otros futuros.

Preguntado por cómo se siente el equipo al haber podido realizar el evento, nos confiesa "que están muy contentos, a pesar de tener que luchar contra viento y marea, no solo por el Covid sino por el temporal Filomena".

En cuanto al origen, Omar-Pascual, que ha sido también su director/coordinador, asegura que no fue otro que "atender la demanda real de necesidad de exposición, sumada a la oferta de unas ayudas a los artistas de Gran Canaria por parte del Ayto. contra la situación de desestructuración del sistema del arte y la cultura en general que ha provocado el covid".

"Se ha desmantelado todo, nuestra economía, nuestra sociedad, se ha caído todo, hemos caído en una crisis estructural general, en un año", reflexiona Omar-Pascual.

Si bien, este proyecto estaba en su cabeza, desde hace diez años, y hace dos que quería ejecutarlo, finalmente, como reconoce, "tendría que ser el virus quien creó la demanda de la necesidad de encontrarnos, creó la demanda de que no nos aislemos".

Desde sus primeras conversaciones con el Ayto., Castillo tenía claro que el modelo debía ser el de Encuentros. No solo porque tenga siempre muy presente la gran importancia que han tenido los Encuentros de Arles para la fotografía cubana de los 90, sino porque a su juicio, "el modelo encuentros da una oportunidad que posiblemente no ocasiona ningún otro modelo curatorial".

Y lo explica de forma clara y sencilla: "la legitimidad que tiene un artista no la tiene ningún otro profesional del campo".

No oculta su satisfacción por el nivel de horizontalidad que trató de establecer desde el minuto cero dentro del equipo así como el aprendizaje que le ha supuesto hacerlo. 

"Nunca había co-curado así. Y ha sido genial", reconoce Castillo.

A la hora seleccionar artistas hubo total libertad, eso sí, cada curador debía siempre tener en mente el lugar de exposición.

Entre los seleccionados Nicole Franchy, Ana Barriga, Avelino Salas, Cecilia Paredes, Regina José Galindo, Eli Cortiñas, Carlos Garaicoa o Marlon de Azambuja, entre otros.

Del mismo modo, tuvieron claro "que se trataba de un proyecto de diez días, que no era una bienal y que les gustaría que fuese un proyecto anual y que demostrara que el arte contemporáneo puede activar cosas sin tanta parafernalia, a lo mejor menos, pero más activas".

En cuanto al balance de público están contentos. A modo de ejemplo, refiere que "en el Edificio Miller, donde estaba el 60% del proyecto fueran más de 1.000 personas, en Covid. Y en el evento teórico tuvimos aforo completo los cinco días". 

Finalmente, de lo que más disfrutó fue viendo artistas hablando entre ellos, desde algunos que no se conocían a otros que incluso siendo vecinos no se veían; el que pasasen colegas; o el ver a gente entrar porque sí".