A su paso por Madrid, donde también tiene residencia y donde fue invitado a hablar sobre la industria del arte en un curso de la Universidad Europea de Madrid, Dani Levinas, coleccionista argentino residente en Washington desde hace más de 35 años, conversó con Carlos Guerrero, director de ARTEINFORMADO, sobre sus formas y modos de coleccionar, una actividad que siempre ha compaginado con su actividad como "gestor" del mundo del arte. Ahora, por ejemplo, y desde hace un año, es el presidente de la Junta Directiva de The Phillips Collection de Washington DC.

La actual entrevista se enmarca, como otras ya publicadas en las últimas semanas, dentro de la investigación que ARTEINFORMADO viene desarrollando para la elaboración del informe de 100 Activos Coleccionistas de Arte Latinoamericano, que será presentado el viernes 24 de febrero, en la Sala Fundación ARCO de la feria madrileña, en un acto en el que también contaremos con una, sin duda, interesante conversación entre el también filántropo y coleccionista argentino Ariel Aisiks, Fundador y CEO del Institute for Studies on Latin American Art (ISLAA) y el español Gabriel Pérez-Barreiro, Director y Curador-Jefe de la Colección Patricia Phelps de Cisneros (CPPC) y próximo curador general de la 33ª Bienal de São Paulo.

A continuación tiene una transcripción de la conversación con Dani Levinas:

ARTEINFORMADO (AI): ¿Cómo empezó su colección de arte? ¿Cuál fue su primera adquisición? ¿Han evolucionado sus gustos?

Dani Levinas (DL): Empecé coleccionando pósters cuando tenía 17-18 años. Viajé por primera vez a Europa y EE.UU. y empecé a comprar posters de artistas que eran importantes en esa época. Venimos de una familia de amantes del arte, mi mamá era pintora, mi hermano también, yo también estudié pintura, y siempre estuvimos rodeados de eso. Empecé a comprar arte argentino, pintores más o menos jóvenes. Después, mi hermano abrió una galería de arte que se llamó Arte Múltiple, una galería que está en los libros de historia del arte latinoamericano y sobre todo argentino porque muchos de los artistas que hoy son importantes expusieron por primera vez en la galería de mi hermano.

Dani Levinas y su esposa

Luego, hace 36 años, me mudé a EE.UU., a Washington DC, y empecé a comprar arte de artistas locales. En aquel momento, Washington DC tenía buenas galerías y una comunidad grande de artistas. Luego empecé a viajar mucho y, de alguna manera, que aún no puedo describir, me fui acercando al arte latinoamericano. Fue en un momento de transición para el arte latinoamericano, ya no era ese arte en el que tu reconocías una obra como latinoamericana a kilómetros de distancia, no eran temas surrealistas, paisajes, se estaban haciendo más conceptuales, más mínimas, sobre todo el arte brasilero. Asistiendo a galerías, ferias, bienales, de alguna manera me atraía una obra sin saber que era de un artista latinoamericano. Hoy mi colección es casi un 60 % arte latinoamericano y también español. El arte que tengo son pinturas, objetos, escultura, fotografía, libros, instalaciones de video. La colección ahora está un poco cambiando. Al principio era bastante conceptual y ahora me estoy inclinando más hacia la pintura pintura y hacia los objetos que los artistas trabajan con sus manos, no es total el cambio, pero me estoy inclinando más hacia eso.

AI: ¿Cuáles son las piezas más potentes de su colección? ¿Cuáles son sus artistas fundamentales? ¿Podría definirnos la líneas fuerza de su colección?

DL: Tengo obras de artistas muy importantes de la generación anterior, pero también tengo obra de artistas jóvenes, que recién empiezan y mi pasión son sobre todo los artistas jóvenes. Hace un año estaba en Turín en la feria Artisima y en una galería inglesa que se llama Timothy Taylor,  vi una obra que  me encantó.  Pregunte de quien era y resulto ser de Gabriel de la Mora, artista mexicano. Yo no conocía mucho su obra es por eso que no reconocí su autor, pero es indudable que por algún motivo me siento atraído hacia ella. Eso me ha pasado muchísimas veces, que me encanta una obra y no sé que el artista es latinoamericano, pero resulta que termina siéndolo. Por otra parte, siempre estoy interesado en la parte histórica, tengo obra de artistas, que fueron referentes para los artistas de hoy. Tengo obra de los años 30, no muchas, pero algunas, de Max Bill por ejemplo, un artista seminal que fue profesor en Brasil y en Argentina, donde muchos de los artistas de hoy fueron sus alumnos. Me interesan los artistas del pasado para entender por qué la gente de hoy hace lo que hace hoy.

AI: ¿Sigue realizando compras actualmente? ¿Qué nombres le interesan ahora?

DL: Seguimos coleccionando, seguimos comprando artistas nuevos, emergentes,  me gusta ver su evolución, me encanta conocerlos. Para mi es importante la primera impresión sobre la obra y después entenderla y, por último, conocer al artista para poder hablar con él y entender todavía un poco más y establecer una relación. Tengo la suerte de que todos los artistas que colecciono son gente con la que me gusta charlar, pasar tiempo, tengo artistas que son amigos. Aquí hay un artista brasilero que vive en Madrid desde hace muchos años, que se llama Marlon de Azambuja, somos amigos, no sólo estoy interesado en su obra, que me interesa muchísimo, sino que me interesa él como persona, como descubridor ya que conoce a otros artistas y me recomienda una galería, un artista, es una relación de amistad.

Me siento muy orgulloso de tener obra de Victor Grippo, argentino, un artista que representó mi hermano en Arte Múltiple y que hoy es considerado como uno de los artistas sobresalientes del arte conceptual latinoamericano; de Brasil, tengo obra de Cildo Meireles, que es el maestro de los maestros; de España de Juan Muñoz. Esas son obras fundamentales de la colección, pero al mismo tiempo estoy muy orgulloso de las obras de artistas actuales. Aquí (señala una obra instalada en su apartamento madrileño) tengo un artista argentino, que se llama Matías Duville.  He seguido su carrera por muchos años y esta es mi primera obra de él. Recientemente, en Brasil compre obra de un artista que comienza a exhibir,  Elvis Almeida. Aun no es muy conocido, pero cuando vi su obra, me llamó mucho la atención y lo voy a seguir porque es un artista que tiene una sensibilidad que me atrae. Tengo mucha obra de Mateo López, que va a abrir una muestra en el Drawing Center de Nueva York. No tengo obras especiales, no hay una obra que me guste más que otra, es como los hijos, no puedes querer a un hijo más que a otro. Definitivamente, hay obras que se han convertido con el tiempo en más destacadas que otras, pero siempre estoy en la búsqueda de cosas nuevas.

AI: ¿Ha contado o cuenta con asesoramiento?¿Cuáles son sus ferias, galerías?

DL: En colaboración con mi mujer, coleccionamos lo que realmente nos gusta. No tenemos consultores. Mis consultores son otros artistas que recomiendan o son las galerías de arte en las que confío, cuando te haces amigo de un galerista y respeta tu colección te recomienda cosas que no son necesariamente de su galería. Luisa Strina no es una consultora sino una respetada galerista y gran amiga y me ha ayudado mucho a lo largo de los años.

AI: ¿Cuál es su función en The Phillips Collection?

DL: Soy, desde hace un año, lo que aquí se llamaría el presidente de la Junta directiva. The Phillips Collection es una colección que pertenece a una fundación.  Es obligación fiduciaria de la Junta Directiva conseguir fondos para que The Phillips Collection funcione como museo, un museo que pronto va a cumplir 100 años. El Sr.Duncan Phillips fue un coleccionista visionario, que compraba obra europea cuando en EE.UU. no se mostraba esa obra y también empezó a coleccionar obra de artistas americanos coetáneos que luego se hicieron referentes. Esa es la colección que se sigue exhibiendo. Ahora el museo lleva años haciendo exposiciones de artistas contemporáneos en un programa que se llama "Conversaciones", donde los curadores eligen un artista contemporáneo para que su obra mantenga un dialogo con alguna obra de la colección Phillips. Uno de los de los artistas contemporáneos seleccionados fue el español Bernardí Roig.

Fui miembro de la Junta Directiva del Hirshhorn Museum durante cinco años. Tambien intente crear un Instituto de Arte Contemporaneo (ICE) en Washington DC, un trabajo al que dedique cuatro años. Queriamos fundar un museo sin colección para hacer exposiciones temporales, similar a lo que hacen en Matadero Madrid. La ciudad nos otorgo un edificio viejo y vacio a cambio de que lo preservaramos y lo convirtiéramos en una institución abierta al publico. Fue un proceso muy largo que, finalmente, a pesar de haber tenido el apoyo de la comunidad, el Gobierno de la ciudad bajo una nueva administración, decidió cancelar.

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