Entrevistas 23 may de 2025
POR MARíA JOSé FUENTEáLAMO
Carmen Reviriego
María José Fuenteálamo entrevista a Carmen Reviriego, referente del mecenazgo artístico, tras recibir su Fundación la Medalla de Honor a las Bellas Artes. La empresaria repasa su camino en el sector, el impacto de la filantropía y su próximo reto: una productora de cine dedicada al arte.
Hay un brillo especial en los ojos de Carmen Reviriego, presidenta y fundadora de Callia Art y Fundación Callia, dedicada a promover el mecenazgo. Quizá es una luz contagiada por el mundo del arte y la filantropía. O una fuerza que la acompaña desde niña -en esta entrevista entenderán por qué-. O quizá, ambas cosas. Sea como sea, ese brillo y esa fuerza han llevado a su Fundación a recibir la Medalla de Honor a las Bellas Artes, un reconocimiento que han recibido instituciones como el Museo del Prado y la Academia de España en Roma.
Fundación Callia entrega anualmente los Premios Internacionales de Mecenazgo -que preside la Reina Sofía-. Estos han reconocido, entre otros, la labor de Philippe de Montebello, Eugenio López y la Pollock-Krasner Foundation. El galardón es benéfico a favor del programa de restauración y conservación de la colección de la Real Academia de Bellas Artes. Así, ha contribuido a la restauración de más de 60 obras de grandes maestros como Rubens, Guido Reni, Brueghel, Goya…
Referente a ambos lados del Atlántico, Reviriego es energía, conexión y arte puro. Y contagia. Y empuja. Impulsora de mecenazgos. Escritora. Y mucho más… Lo verán en esta entrevista que recorre su vida -y su obra-. No nos puede contar todo -es el mundo del arte, amigos-, pero sí desvelarnos algunas cosas. Pequeño avance: el mundo audiovisual tampoco se le resiste.
María José Fuenteálamo (MJF): ¿Cómo inicia Carmen Reviriego su trayectoria en el mundo del arte?
Carmen Reviriego (CR): De manera profesional, hace casi 20 años, tras dejar mi trabajo anterior, donde era directora de clientes privados en una multinacional financiera americana. Mi formación inicial es en marketing. Pienso que venir del mundo de los negocios me ha ayudado en una actividad tan difícil como es el arte.
La empresa para la que trabajaba era y es uno de los patrocinadores principales de TEFAF. Visitaba esta feria cada año porque muchos de los clientes de la compañía eran coleccionistas y, tanto va el cántaro a la fuente…que acabé rendida de amor. Otra de las cosas que me han ayudado en mi actividad en el mundo del arte, es que yo no cambié nunca de mercado, cambié de sector, de producto como decimos los marketinianos.
MJF: ¿Qué soñabas ser cuando eras niña? ¿Te habrías imaginado en el lugar en el que te encuentras hoy?
CR: Acabó de cumplir los 60 y el año pasado cree una productora de cine dedicada a contar historias fascinantes en torno al arte y espero pronto doctorarme en Historia del arte. Nunca me he visualizado en un lugar o en una posición concreta, y creo que esto está relacionado con que fui una niña terminal. Soy un verdadero milagro de la medicina. Mi mayor ambición y que se convirtió en un objetivo cotidiano desde que tengo uso de razón, era estar lista para morirme al día siguiente. Creo que de manera inconsciente esto marcó mi actitud hacia la vida y mi personalidad. Me levanto cada día preguntándome “a ver Reviriego, cómo vas a honrar hoy la vida”.
MJF: ¿Cómo nace Fundación Callia? Cuéntanos cuál fue el camino que te ha traído hasta aquí…
CR: Nunca he entendido la vida sin el lado trascendente. De hecho, estoy segura de que si no hubiera desarrollado desde los inicios de Callia Art una actividad social paralela no hubiera continuado en el sector. Necesito ese vínculo espiritual con las cosas para sentirme en plenitud.
Creé Fundación Callia hace 15 años después de publicar mi primer libro “La suerte de dar”, que es un libro sobre las motivaciones que llevan a las personas con grandes recursos a trascender, a querer dejar tras de sí un mundo mejor.
Y también en ese caso me dejé llevar por el corazón. Me contagié de la pasión de estas personas por la filantropía.
Cuando comienzas a desarrollar una actividad filantrópica es importante que lo hagas en aquello que más te apasiona porque el camino no es nunca fácil y también que te focalices en lo que mejor conoces para que puedas dar lo máximo de ti mismo.
Fundación Callia tiene como misión promover el mecenazgo, es decir, el compromiso de la sociedad con el arte. Al final, si te das cuenta, he acabado haciendo lo que hicieron esos filántropos del libro conmigo, contagiar a los otros con esa alegría interior que yo llamo La suerte de dar.
MJF: ¿Hay realmente ‘demasiadas cosas’ que no se pueden contar en el mundo del arte y sus negocios?
CR: En el ámbito del arte, al igual que en cualquier otra actividad empresarial, la línea que separa el lado sagrado y el lado profano, la marcas tú mismo a través de tu actitud. Existen financieros, abogados, comerciantes, …que son personas excepcionales, mientras que otros deslumbran por su falta de ética. En el arte no es distinto.
MJF: ¿Qué es lo que lleva a una persona a convertirse en mecenas?
CR: Por lo general, nos pasamos toda una vida intentando descubrir qué es lo que realmente nos impulsa a hacer las cosas, a actuar. Al mecenazgo, uno puede llegar por motivaciones muy diversas. Por ejemplo, Julio II financió las obras de Rafael y Miguel Ángel en San Pedro con el objetivo de restaurar la grandeza de Roma y de la Iglesia, y también, porque no decirlo para buscarse un lugar en la Eternidad para sí mismo; al primer Medici, el bisabuelo de Lorenzo, Giovanni de Medici, le movió la ambición; Peggy Guggenheim demostró a su familia, creando una de las mejores colecciones de su tiempo, que era una Guggenheim de primera, y de paso aprendió a amarse a sí misma; y a Patty Phelps de Cisneros la movió y la mueve la necesidad de poner en valor el arte y la cultura latinoamericana en el mundo.
Como te decía al principio las motivaciones son muy diversas, pero a mí esto - salvo que sea ilegal - no me parece algo tan importante. Al final como dice Manuel Arango en La suerte de dar: "Hay dos tipos de personas: las que hacen algo por los demás y las que no". Eso es todo.
En el caso del mecenazgo, que es el ámbito filantrópico en el que más he profundizado, ocurre como decía Octavio Paz: “Hay orillas que, una vez alcanzadas, resulta imposible volverse”. El Arte es una de esas orillas.
MJF: ¿Es diferente la forma de coleccionar de alguien que se considera mecenas en comparación con otro tipo de coleccionista?
CR: La respuesta es absolutamente afirmativa. El mecenas adquiere arte con la mirada puesta en el interés público de la colección, buscando cubrir nichos que a menudo las administraciones públicas no alcanzan a cubrir, buscando así un impacto positivo en la sociedad.
El mecenazgo, para que verdaderamente genere impacto, debe hacerse de una manera profesional y buscando la misma excelencia que en un proyecto empresarial. Una fundación o un proyecto social es una empresa con corazón, que, en lugar de generar beneficios económicos, produce beneficios sociales para la comunidad.
Mi tesina aborda cómo los mecenas latinoamericanos han transformado la percepción y el posicionamiento del arte latinoamericano en el mundo. Antes de esta labor transformadora era raro ver a tantos artistas latinoamericanos compartiendo espacio en las salas de los grandes museos con Van Gogh, Matisse, Picasso, Miró, ….
MJF: Ahora que el fenómeno ya no es nuevo, podemos reflexionar con mayor calma sobre el impacto que la llegada de las nuevas tecnologías, desde el NFC hasta el arte digital, ha tenido en el mundo del arte. ¿Cómo lo percibe Carmen Reviriego? ¿Se trata de una inevitable fusión de tiempos o simplemente de una moda pasajera?
CR: Esta respuesta solo la podrá dar el tiempo. No hay mejor juez ni crítico de arte que el tiempo.
La diferencia entre un artista genuino y un embaucador radica en la capacidad de establecer una conversación íntima —una conexión que trascienda en el tiempo y en el espacio, lo que algunos llaman arte inmortal— con el espectador. Cambiarán los soportes, la técnica, las tendencias, siempre lo han hecho a lo largo de la historia. Empezamos pintando con carbón sobre las paredes de las cuevas en el Paleolítico.
Sin embargo, existe un lenguaje que solo las obras maestras comprenden, y ese es el lenguaje del alma. Es el mismo que hablaba el hombre medieval, el renacentista, el de hoy y el que hablaremos dentro de mil años. Esto nunca cambiará.
MJF: ¿Es lo mismo invertir en arte por razones financieras que por pasión?
CR: El arte posee múltiples atributos, y las motivaciones para coleccionar son tan diversas como complejas. El ser humano no opera de manera dual; hago algo por esto o por lo otro. Raramente actuamos motivados únicamente por una sola razón. Siempre es un cúmulo de motivaciones las que nos mueven.
En mi experiencia, la motivación fundamental que lleva a una persona a coleccionar suele ser estética: la búsqueda de un entorno bello y significativo en el que vivir. Sin embargo, una vez que las obras alcanzan un cierto nivel de precio, se vuelve crucial considerar la preservación del capital. Quien tiene el poder adquisitivo para adquirir obras de esta consideración normalmente tiene cultura financiera. Nadie se compra una casa si sabe que, con el tiempo, su valor se reducirá a la mitad. ¿Por qué habría de ser diferente con el arte?
Pienso que esa dualidad en el arte que separa el lado sagrado de las sumas y las restas le ha hecho mucho daño al sector, y ojo, en la mayoría de los casos han sido y son los propios artistas y los académicos los que han sido incapaces de comprender que en el arte como en cualquier actividad de la vida hay que pactar, aunque solo sea por mera supervivencia.
MJF: Cuéntanos alguna de esas anécdotas de tu trabajo que fue secreta en su día, pero hoy ya puedes ‘desclasificar’.
CR: La discreción está íntimamente relacionada con la costumbre; con el tiempo, ciertas cosas dejan de llamarte la atención porque se han normalizado en tu percepción.
Lo más extraordinario y gratificante de mi vida en el arte ha sido conocer a personas extraordinarias, especialmente a los mecenas que han influido, o que continúan haciéndolo, de manera significativa en la historia del arte. Artistas, directores de museos, conservadores y galeristas, que demuestran un verdadero compromiso con el arte. Que son verdad.
Si me preguntas por alguna operación que envuelva algún récord mundial o algún gran logro de mi empresa o de mi fundación por supuesto que podría contar algunas, pero las guardo en la memoria con gran satisfacción y nada más. No necesito compartirlas.
Recientemente hemos cerrado acuerdos de colaboración con el banco privado más importante del mundo. También nos han encargado la creación del Consejo Internacional de uno de los museos más importantes creados en este siglo. Pero aún no se puede contar…
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