El papel de los centros de arte españoles en la lectura, interpretación y contextualización de nuestros artistas no salen bien parados entre los profesionales del sector del arte que han contestado la pregunta formulada al respecto por ARTEINFORMADO, y entre las que, precisamente, no se ha recibido ninguna respuesta de responsables de estos centros, pese a haberles enviado también la encuesta.

En voz baja -el miedo en este sector, y más en tiempos de crisis, se adivina en los rostros- alguno de nuestros más importantes galeristas se hace la siguiente reflexión: "¿Cómo se programa institucionalmente para referenciar a los artistas españoles y de paso a las galerías que los trabajan y representan? No es nada facil acudir a ferias en el extranjero y llevar artistas jóvenes españoles, con una obra bastante madura y que para nada han sido contemplados ni por asomo por centros de arte de este país, máxime cuando contemplamos las programaciones institucionales en las que extranjero tras otro, sin mayor vínculo que los una excepto su extranjería... ó formar parte del ranking del hit-parade de artistas jaleados y aireados por revistas mediáticas y de arte a la carta". Y tras recordar el caso del recientemente fallecido Nacho Criado -obviado por la mayoría de centros de arte españoles- anuncia que "en poco tiempo, veremos subir su cotización de manera vertiginosa y veremos también cómo será programado y demandado por los mismos centros que le negaron el pan y la sal". "Creo -concluye el anónimo confidente- que España es un país para los muertos y esto seguirá sucediendo así hasta que se nos quite el complejo colectivo que padecemos y también, hasta que llegue el tiempo en que los directores de museos, no todos, obviamente, empiezen a desarrollar sus programas olvidando el futuro de sus curriculums y relaciones que favorezcan sus intereses el día de mañana".

Otros, dando la cara eso sí, como Josep Canals, director de Canals, Galeria d''Art, de Barcelona, no lo ve tan negro. Considera "que (los museos y centros de arte) lo hacen correctamente dentro de las limitaciones de crisis internacional", y afirma que "conociendo lo que hacen en otros países, nosotros estamos en la línea, aunque con presupuestos más ajustados". Más crítico es su colega, Victor Cortina, de Ego Gallery, también de Barcelona, que opina que "en el fondo está el viejo debate del arte local versus arte internacional y el también tristemente famoso ''que inventen ellos''" y apunta que "si analizamos las programaciones de museos españoles es flagrante que la mayoría de exposiciones estén monopolizadas por stars emergentes o consolidadas del panorama internacional" y que "los ejemplos son innumerables en los últimos años de una política de papapanatismo en la que ha primado lo último de lo que se ve en New York, Berlín, Londres y ahora Beijing o México". "De fondo subyace, claro, un público poco preparado y unas galerías muy débiles económicamente y con poder escaso de visualización" y ve como grandes responsables de esta situación "a los medios de comunicación, y a los programadores de los principales centros públicos -MNCARS, MACBA, CAC,...-, que a menudo funcionan como sucursales de los grandes lobbys internacionales del arte, que están lejos de los artistas y que, en aras de una pretendida independencia del mercado, realizan una política de tierra quemada".

Tampoco los artistas son más benévolos con los grandes centros de arte nacionales. El pintor vasco Xabier Obeso (Rentería, Guipúzcoa, 1952) no duda en afirmar que los directores de museos -a los que bien se haría en cambiarlos por otros- "sólo se dejan deslumbrar por los curriculums, y eligen a avispados trepas con el discurso del gusto de quien elige pero sin eficacia, como a la vista está". Más descriptivo se muestra el escultor navarro Carlos Ciriza (Estella, 1964), que señala que "las instituciones crean divisiones de tipo cronológico o toponímico, no permitiendo disfrutar de la pluralidad de artistas españoles que comparten técnicas, materiales o diferentes visiones", limitando el apoyo a "un pequeño grupo de artistas de reconocida trayectoria". En parecidos términos se manifiesta el escocés residente en Barcelona, Jo Milne (Escocia, 1966). quien opina que "los centros de arte aquí en España tienden a seguir solamente una trayectoria de lo que es el arte hoy en día, creando un imagen del arte contemporaneo que es falso, sin consiguen transmitir las ideas o las intenciones al publico en general".

Otros, como la gallega Carmen Quintero D.-Luna sugiere "negociar con otros centros de arte de otros países, para que el arte español se mueva más", mientras la madrileña María Jesús Abad Tejerina le gustaría "que las instituciones arriesgasen más, ya que hay una tendencia a mostrar trabajos de artistas consolidados o muy jovenes" dejando fuera a "muchos artistas que, sin ser tan jovenes ni reconocidos, realizan trabajos muy buenos". Más exigente se muestra Cristina Moroño (Madrid, 1973 - reside en Nueva York), que cree necesario "dar mas oportunidades a los jóvenes, ya que les es muy difícil arrancar". ARTEINFORMADO