Nuevamente, Miquel Barceló (Felanitx, 1957), el creador español vivo más cotizado y afamado internacionalmente, regresa a la capital francesa con una doble exposición titulada "Sol y sombra", que se puede visitar en la Biblioteca Nacional de Francia y el Museo Picasso, hasta el 28 de agosto y el 31 de julio, respectivamente. La inauguración de las dos exposiciones se ha producido de forma consecutiva hace escasos días.

No es la primera vez que Barceló protagoniza en Francia una exposición por partida doble. En 1996, su obra fue exhibida al tiempo en el Centro Pompidou y en el Jeu de Paume. Y, unos años más tarde, en el verano de 2010, protagonizó otra doble propuesta simultánea en Aviñón, en el Palacio de los Papas y la Colección Yvon Lambert.

En esta nueva ocasión, el mallorquín ha concebido expresamente para cada una de estas sedes dos colosales obras. Para la Biblioteca Nacional François Mitterrand, incrustada junto al Sena en 1996 por el arquitecto Dominique Perrault, ha creado un impresionante fresco de 200 metros de largo por seis metros de alto realizado en arcilla sobre sobre las cristaleras que recorren uno de los lados de la Biblioteca y separan sus salas de exposición de su jardín interior.

Dicha creación es un homenaje de Miquel Barceló a los pintores rupestres y también está inspirada en 'El gran vidrio', de Marcel Duchamp y 'El Libro de las Maravillas', una de las obras más conocidas de Ramon Llull, padre del catalán literario

Además, la muestra incluirá junto a grabados, bronces, retratos y calcografía, algunas muestras de xilofagía, una técnica con insectos xilófagos que inventó y que consiste básicamente en que los insectos se comen el papel.

En cuanto al Museo Picasso, reinaugurado en octubre de 2014 y situado en el parisino barrio del Marais a pocos metros de su estudio y residencia, el artista mallorquín presenta, a modo de retrospectiva, una selección de obras que recorren las cuatro décadas de su quehacer creativo entre pinturas, bronces, yesos, cerámicas, dibujos y aguafuertes que buscan recuperar los puntos de conexión con Picasso, con especial atención al tema taurino, uno de los más queridos por Barceló y por el propio Picasso. 

De entre todas ellas, destaca un bestiario esculpido en un muro de ladrillo que refleja la influencia que el genio malagueño ha tenido a lo largo de su ya dilatada trayectoria. Barceló ha montado ésta obra efímera en la sala del sótano del Museo Picasso, donde ahora se expone esta retrospectiva, comisariada por Émilia Philippot, y que será desmontada por él mismo cuando acabe.

Después de irrumpir en la escena internacional en la Bienal de Sâo Paulo de 1981 y en la Documenta VII de Kassel en 1982, la carrera de Miquel Barceló no ha hecho más que afianzarse cada vez más como modelo contemporáneo de artista que liga su actividad con la gran tradición de la pintura occidental desde el Barroco.

Instalado entre París y Mallorca, desde mediados de los ochenta sus frecuentes viajes a África Occidental alimentan su imaginario de figuras y mitos.

Posteriormente ha ampliado su campo temático a las naturalezas muertas, o a las imágenes de bibliotecas y museos, en las que plasma su interés por la Historia de la pintura, así como a paisajes saturados de flora y fauna terrestre y marítima.

Produce, paralelamente, tanto obra escultórica como cerámica. Especial importancia adquieren sus dibujos, organizados como diarios de viaje, en los que realiza una exploración paralela del territorio y de los materiales de la pintura.

Desde comienzos de los ochenta comienza a exponer en importantes museos y galerías de Europa y Estados Unidos hasta convertirse en uno de los artistas españoles más valorados en el panorama internacional.

Le han dedicado exposiciones instituciones como el CAPC de Burdeos, el IVAM de Valencia, el Jeu de Paume, el Centre Pompidou, el Musée des Arts Décoratifs y el Museé du Louvre de París, La Galleria Nazionale d'Arte Moderna de Roma, el Museu d'Art Contemporani de Barcelona y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.

Ha llevado a cabo grandes intervenciones como el recubrimiento cerámico en la Capilla de Sant Pere de la Catedral de Mallorca o la cúpula de la sala XX del Palacio de las Naciones Unidas en Ginebra.

Ha recibido a lo largo de su trayectoria reconocimientos como el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1986, el Premio Príncipe de Asturias a las Artes Plásticas en 2003 o Premio Sorolla de la Hispanic Society of America en 2007, el Premio Penagos de Dibujo 2011 o el Premio Nacional de Arte Gráfico 2014, concedido por la Calcografía Nacional (Real Academia de Bellas Artes de San Fernando).

Precisamente, una de sus últimas exposiciones individuales ha sido la celebrada en la Calcografia Nacional (Madrid) con motivo de este último galardón.

Finalmente, referir que la galería matriz y el galerista de Miquel Barceló es Bruno Bischofberger (Zúrich, Suiza), como reconocía en una entrevista a ARTEINFORMADO Isabel Mignoni, co-directora junto a su hermana Elvira, de la galería Elvira González, de Madrid, que le representa en España.