Si hay un país iberoamericano que respira coleccionismo por los cuatro costados, ese es, Argentina, próximo invitado de la feria ARCOmadrid, y con una de las mejores ferias de la región como es arteBA, que es el espacio de mayor visibilidad de arte contemporáneo del país y cuya 25ª edición tendrá lugar del 19 al 22 de mayo en los pabellones de La Rural.

Por ello, hemos puesto a trabajar a nuestra base de datos con la intención de realizar un amplio y completo informe de sus más destacados coleccionistas. Al preguntarle, ¿quiénes son?. Nos devuelve, entre nacidos y residentes, más de un centenar. De entre todos ellos, seleccionamos a los que tienen mayor trayectoria y peso dentro del mercado del arte nacional, quedando la lista reducida a la mitad.

Teniendo en cuenta lo anterior, comenzamos con un auténtico pionero del coleccionismo de arte argentino contemporáneo como es Jorge Helft, considerado como uno de los mayores coleccionistas de arte de Argentina.

Otros destacados exponentes son los miembros de sagas multimillonarias que comparten esta afición en la que gastan millones: los Arrieta de Blaquier, con los patriarcas Carlos Pedro Blaquier y Nelly Arrieta de Blaquier, en un lugar destacado, y cuya pasión han heredado sus hijos y también su nieta Agustina Blaquier; los Grüneisen, con los dos hermanos Eduardo Grüneisen y Ricardo Grüneisen, y ahora también la hija del primero, Magdalena Grüneisen.

Como no recordar a los recientemente desaparecidos Lacroze de Fortabat: la matriarca Amalia Lacroze de Fortabat, su única hija María Ines Lafuente, y su único nieto varón e hijo de esta última Alejandro Bengolea. Los tres fueron grandes filántropos y coleccionistas.

Ahora, la nieta menor, Amalia Amoedo, empresaria y artista, también conocida como a su abuela por Amalita, sigue los pasos de ésta, de su madre y su hermanastro. Si bien, su mayor legado es el Museo Fortabat, localizado en Puerto Madero, donde se conserva, desde 2008, bajo la supervisión de la Fundación Fortabat, su valiosa colección de arte privada.

Menos acaudalados pero también con la misma pasión por el coleccionismo están los Tonconogy, con el arquitecto Alberto Tonconogy, al frente, y sus dos hijos David y Julia, siguiendo el ejemplo paterno.

Los benjamines de estas sagas familiares frecuentan el Círculo arteBA (antes Young Comittee) y coleccionan casi siempre artistas de su generación, a los cuales apoyan en sus producciones y cuyas colecciones rondan el medio centenar de obras.

Los hay que un día soñaron con tener su propio museo y, finalmente, su sueño se cumplió, como en los casos del empresario Eduardo F. Costantini con su MALBA y del financiero Aldo Rubino con su MACBA. Ambos museos, en Buenos Aires, salvaguardan dos de las principales coleccionistas del mundo de abstracción geométrica latinoamericana.

Tampoco olvidar al multimillonario Alan Faena, presidente del Faena Group, con sus centros de arte en Buenos Aires y Miami; y al también empresario Gastón Deleau, director-fundador del Museo FoLa - la Fototeca Latinoamericana, en Buenos Aires.

Otros grandes empresarios de éxito igualmente han sentido la pulsión del coleccionismo para apoyar el arte nacional, independientemente de que hacerlo es una inversión. Nos referimos a Pablo Roemmers, uno de los dueños del histórico laboratorio familiar argentino Roemmers; Eduardo Elsztain, presidente del grupo Irsa, dedicado a las inversiones inmobiliarias; Rubén Cherñajovsky, presidente del Grupo Newsan, fabricante de productos electrónicos; Juan Scalesciani, titular del fondo de inversión inmobiliaria El Rosario; y Ricardo Esteves, director titular de grupo Irsa.

Pero no son los únicos, ya que la nueva moda de inversión artística y gusto por el coleccionismo crece entre los jóvenes empresarios: Alec Oxenford, fundador y CEO de OLX y actual presidente de la Fundación arteBA; Alejandro Ikonicoff, dueño de Estampería Xes, a quien entrevistamos hace unos años; Javier Cainzos, director del Grupo Gastronómico de Buenos Aires; o la mujer del momento en el país, Juliana Awada, empresaria textil y esposa de Mauricio Macri, actual presidente de Argentina.

"Compro sólo artistas vivos y el 95%, argentinos. Eso es ser mecenas hoy. Es importante que la plata vaya al artista, para que pueda seguir produciendo. Puentear a la galería pervierte el sistema", ha confesado Alec Oxenford, en un artículo reciente de María Paula Zacarías en el Diario La Nación.

Los hay también que antes de dirigir galerías de arte o fundaciones ya eran avezados coleccionistas como Ignacio Liprandi, al frente de la galería homónima en Buenos Aires; o Mauro Herlitzka, ex-socio en la feria Pinta Londres del también coleccionista Alejandro Zaia y actualmente al frente de la Fundación Espigas y de la galería Henrique Faria, con sedes en Buenos Aires y Argentina. O Mariana Povarché, directora de la histórica galería bonaerense Rubbers, que se define como "coleccionista antes que galerista".

Coleccionar y apoyar a los artistas emergentes es lo que hacen muchos de los referidos y, de forma muy clara, una nueva generación de coleccionistas que han surgido en los últimos años en el país, principalmente, en la capital federal, siendo algunos de sus más destacados protagonistas: Guillermo Rozenblum, Andrés Brun y Juan José Cattaneo, Agustín Alberdi, Pía Mancini y Florencia Polimeni, por citar tan sólo algunos.

No obstante, este cometido no solo se arrogan los jóvenes. Dudú Von Thielmann, coleccionista y filántropa de origen alemán, es una de las coleccionistas más activas y un agente fundamental para el crecimiento del arte en Argentina.

En este sentido ha apoyado a jóvenes que comienzan con su carrera artística. Lo hizo con Carlos Regazzoni en los 80′; con Guillermo Kuitka en los 2000, llevándolo y, últimamente, con Eduardo Basualdo.

Aunque en la capital, Buenos Aires, se encuentran el principal núcleo coleccionista del país, hay otros polos como la ciudad de Córdoba que cuentan con destacados coleccionistas como José Luis Lorenzo, arquitecto y desarrollador inmobiliariio, e Inés Díaz Echegaray, emprendedora. Si bien, éstos reparten su tiempo entre su ciudad natal y la capital federal.

No faltan tampoco reconocidos profesionales liberales que han armado importantes colecciones de artistas contemporáneos sobre todo nacionales. Algunos son: el rector de la Universidad Nacional Tres de Febrero (MUNTREF), Aníbal Jozami, el juez Gustavo Bruzzone, los abogados Julio César Crivelli, Juan E. Cambiaso y Luis Incera, los arquitectos Fernando Sánchez Zinny y Luis Parenti, el médico Esteban Tedesco, el diseñador de interiores Juan Azcue o el business angel Gabriel Werthein, entre otros.

Y, finalmente, están aquellos que debido a su relación con el arte desde muy pequeños por el oficio de sus padres artistas han acabado también coleccionando. Dos ejemplos de ello son: Facundo Gómez Minujin, hijo de la aún muy activa Marta Minujin; y José Antonio Berni, hijo del ya desaparecido Antonio Berni.

Aunque no haya estudios cuantitativos sobre el coleccionismo en el país, según ha declarado, en el referido artículo de La Nación, Hilda Solano, de la comisión directiva de la Asociación Argentina de Galerías de Arte (AAGA): "son muchos más de lo que se piensa, lo que pasa es que por lo general a los coleccionistas no les gusta mostrarse. Regulares, serios y con colecciones poderosas habrá... cuarenta".

Esta cifra, sin duda, se quedará corta en poco tiempo, dado que en los últimos años han venido sumándose al mercado del arte nacional jóvenes profesionales con carreras ascendentes, herederos millonarios o nuevos ricos.

Lo que queda fuera de toda discusión es que, tanto los veteranos como los nuevos coleccionistas, han sido, a lo largo de este último cuarto de siglo, activos y fundamentales animadores del mercado del arte argentino y de su principal feria arteBA.