Desde ARTEINFORMADO hemos puesto en marcha una nueva edición de LA ARTEINFORMADA - PRÓXIMA GENERACIÓN con la intención de visibilizar el arte más joven. En esta ocasión, casi 70 artistas han mostrado más de 280 obras. La actual convocatoria, comisariada también por Natalia Alonso Arduengo, contará con un añadido complementario a la exposición virtual pues lxs artistas seleccionadxs serán invitados a participar en una exposición en La Habitación Número 13 del Hotel Iberostar Las Letras (Gran Vía, 11, Madrid) que será inaugurada el próximo 20 de febrero, unos días antes a la celebración de la semana del arte madrileña y clausurada un mes después con un coloquio sobre mecenazgo en las artes a propósito de la publicación de nuestro informe sobre “100 Patrocinadores y Mecenas del Arte en España”.

Si bien, tanto la participación general como la posterior selección de LA ARTEINFORMADA - PRÓXIMA GENERACIÓN 2019 fue paritaria con 6 hombres (Alberto Gil Cásedas, Guillermo García Cruz, Iván Gómez, Francisco Navarrete Miguel Ángel Rego Robles y Pablo Martínez Muñiz) y 6 mujeres  Juls Gabs, Denica Veselinova, Buhlebezwe Siwani, Paula Valdeón Lemus, Cristina Toledo e Irene Sánchez Moreno), en la convocatoria del 2020 ganan terreno las creadoras con una participación que duplica la de ellos (45 mujeres frente a 21 hombres). A partir de estos datos y de la selección curatorial podemos afirmar con rotundidad que la PRÓXIMA GENERACIÓN de artistas será femenina (9 mujeres frente a un hombre). Entre los principales ejes temáticos abordados por este conjunto de artistas están la memoria individual y colectiva, las cuestiones identitarias y territoriales, el consumismo y la tecnologización de la sociedad, el cambio climático y el feminismo.

Elián Stolarsky Cynowicz (1990 en Montevideo, Uruguay) recurre en su trabajo a distintos medios técnicos y materiales, trabajando el grabado, el dibujo, la pintura, la animación y el arte textil. Con una obra reflexiva y comprometida, la artista uruguaya apuesta por un arte que testimonie hechos pasados, catástrofes colectivas y, de manera personal, le permita reflexionar sobre su propia identidad y su condición de descendiente de una familia de inmigrantes. La inmigración, la identidad y la memoria están también en la base de la producción de la artista argentina Florencia de Titta (1985 en Buenos Aires, Argentina). Combinando la pintura, el grabado y la instalación con técnicas artesanales tradicionales busca aunar la creación contemporánea con los saberes heredados en unas obras en las que, a menudo, recurre a la palabra en varias lenguas (asturiano, castellano e italiano) como alusión directa a sus orígenes. 

La obra de Clara Barquín (1991 en Torrelavega, Cantabria, España) supone un ejercicio introspectivo y de autoconocimiento a partir de las vivencias propias. Se trata de un trabajo íntimo en el que recurre, en muchas ocasiones, al uso de la palabra a partir de textos poéticos que complementan a la imagen reforzándola. El paso del tiempo, la memoria, los recuerdos, el vacío, los sentimientos, la identidad y el amor son algunas de las cuestiones que aborda. La memoria es tema central, asimismo, en la fotografía de Rocío Álvarez Cuevas (1989 en León, España) quien centra su interés, tal y como ella define, en “los conceptos de postmemoria o memoria postproducida como un ejercicio de constante relectura, posicionamiento y resistencia frente a los relatos hegemónicos”. En su producción es posible entrever la influencia de nombres como Francesca Woodman y Roger Ballen en el campo de la fotografía y de Andréi Tarkovski y David Lynch en el terreno cinematográfico. 

María Dolores Gallego (1988 en Torreperogil, Jaén, España) practica la pintura expandida por medio de unas piezas geométricas y abstractas en las que recurre a llamativos colores y formatos no convencionales. Combina el dibujo y la pintura con materiales textiles, como las moquetas y las lanas, para crear una suerte de mapas a partir de los que reflexionar sobre el espacio, las fronteras y los límites geográficos establecidos.

Alma Seroussi (1990 en Tel Aviv-Yafo, Tel Aviv, Israel) se enfrenta a la pintura de una manera absolutamente personal en cuanto a estilo y contenido. Esta artista israelí, que reside y trabaja en Valencia, capta aquellos asuntos y objetos comunes que, por su proximidad y cotidianeidad, pueden no llamar nuestra atención. Recurriendo a una temática banal persigue, además, forzar al espectador a la observación de su entorno más inmediato. El análisis del contexto en el que habitamos también lo realiza Aissa Santiso (1992 en Marianao, Ciudad de la Habana, Cuba) a través de la fotografía y la videoinstalación. En sus obras medita acerca del impacto de las tecnologías en la vida cotidiana y cómo afectan los nuevos modelos de control y de registro constante de nuestros datos por parte de Google, de las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram...) y de las aplicaciones que descargamos en nuestros dispositivos móviles en la generación de un modelo de sociedad panóptica caracterizado por la vigilancia.

En la práctica artística de Noemí Iglesias Barrios (1987 en Langreo, Asturias, España) tiene un peso importante el trabajo escultórico a partir de un material como la porcelana. A nivel conceptual centra su interés en los iconos de consumo y en la mercantilización de la sociedad contemporánea. Una pieza como “Isolation” es ejemplo de la actitud crítica frente a una realidad que más que una distopía futura muestra un presente funesto. Igualmente, la producción de Tomás Justicia (Jódar, Jaén, España. Reside en Granada) refleja su compromiso con gran parte de las temáticas preocupantes de nuestra actualidad: los estereotipos de género, los paisajes y ciudades engendrados por el sistema capitalista, la sociedad de consumo, así como los problemas de malnutrición derivados de la contaminación residual y los transgénicos. 

Finalizamos la selección curatorial con María del Carmen Díez Muñoz (1989 en Valladolid, España) que trabaja, a partir de la técnica del grabado, en una obra enfocada a las cuestiones de género. La artista realiza una crítica al imaginario visual y los estereotipos femeninos heredados del patriarcado. En su serie "A efectos del ayer y del hoy" representa tríos de figuras híbridas, con cuerpo de mujer y cabeza de animal, cuya asociación a las mujeres (lobas, perras, lagartas...) es claramente peyorativa.