Muy pocas y pocos galeristas españoles entienden y conocen tan bien los entresijos de la profesión de galerista y, lo que es aún más importante, la viven con tanta pasión como la galerista canaria Elba Benítez, nuestra nueva invitada en #AlEncuentroCon.

Con Benítez, siempre al pie del cañón de su galería homónima con sede en Madrid desde 1990, hemos charlado sobre diversos temas. Entre ellos, cómo el freno de actividad provocado por la pandemia -sobre todo en relación a viajar a ferias- lo ha aprovechado para llevar a cabo ciertos cambios en su galería, donde más que crear un nuevo modelo, que, como reconoce la galerista, "lleva tiempo", lo que si ha hecho es dedicar este año a pensar y ver cuales "son las prioridades dentro del trabajo de la galería". 

Otro cambio, en clave más personal, como nos confiesa, es que "ha peinado el territorio nacional" visitando instituciones que nunca había tenido tiempo de conocer y que a su entender "juegan un papel tan importante". Y nos pone el ejemplo de la Fundación Cerezales Antonino y Cinia, en la localidad leonesa de Cerezales del Condado. 

Para Elba, la formación y alimentarse culturalmente es clave, por ello, tal y como nos comenta, "quiere que su galería tenga un tiempo dedicado al estudio, a la investigación, a trabajar fuera del espacio de la galería y diseñar proyectos que estén encaminados a ser vistos en otras situaciones".

En relación a temas de más actualidad, está el ser la única galería española entre un grupo de más de 40 galerías invitadas a South South Veza, la primera iniciativa de South South, una nueva plataforma y evento de venta online con la mirada puesta en el Sur Global, concebida por Liza Essers, directora de Goodman Gallery (Johannesburgo), con quien "mantiene una buena relación especial desde hace muchos años", como reconoce Elba. 

South South, a quien le ve futuro "si sus contenidos se desarrollan más ampliamente", entraría dentro de su fórmula de colaboración. A su juicio "la colaboración no solo entre galerías es algo interesante". Y se explica: "Tener una actitud generosa frente a un colega, los artistas, las instituciones. Todo eso siempre se revierte en resultados positivos".

Igualmente, a su parecer "en España en general, el sector del arte es de compartimentos estancos donde cada uno tiene su lugar, su zona de influencia. Yo pienso que esto es poco productivo, no conduce a nada y, de hecho, el destinatario final de todo nuestro trabajo son los artistas y la carrera de los artistas. Y para eso la colaboración es fundamental", concluye Elba.

Otra de las cosas a la que ha estado más atenta es ver artistas que necesitan ser representados. En este sentido, nos cita la nueva incorporación del español Oriol Vilanova y la que parece ser la próxima del uruguayo Alejandro Cesarco.

Para Elba "la mirada más importante es la mirada de otros artistas. Cuando todavía el artista es desconocido, que otros artistas se fijan en él. Porque es una mirada desinteresada. Va a la esencia", explica la canaria.

"No hay ningún artista que incida sobre el programa. Esa libertad la tengo absoluta", quiere dejar muy claro. 

Preguntada por el gran momento que vive Ignasi Aballí, quien está con ella desde la primera exposición en la galería, la galerista no duda en destacar "su generosidad y la relación de cariño y amistad fruto de tantos años que será difícil que se rompa".

En cuanto a cuál es el papel de un galerista respecto a sus artistas, para Elba "tienes que ser una herramienta con él. Colaborando con el artista hasta donde él quiera llegar. Prefiero que tenga ambición, porque crecemos los dos en esta carrera.".

De su apuesta por Latinoamérica, dejando de lado cuestiones personales, ya que su padre emigró a Venezuela, tiene que ver que cuando abrió la galería tuvo claro que apostar por artistas latinoamericanos le daría ese punto de distinción frente a otras. "No una más que llega al panorama. ¿Y qué puedo ofrecer?", remacha.

Un tema que le toca la fibra es cuando se le pregunta por la invisibilidad internacional de los artistas españoles. "No depende solo de su galería", afirma lacónicamente, pero, rápidamente, pone como ejemplo el arte brasileño. "Lo que se exporta hacia fuera va unido a una cultura y a una manera de hacer arte. Un mercado nacional muy activo y muy potente que todavía hoy en día en la pandemia las galerías de Brasil siguen viviendo de su mercado nacional. La complicidad de las instituciones apoyando a esos artistas y a esas galerías. Los coleccionistas que apoyan instituciones internacionales fuera y dentro de los Board de esas instituciones pueden hablar del arte brasileño y llevarlo. Eso es lo que hace que se de visibilidad a una manera de hacer arte de un país o de un territorio. Es la confluencia de todo eso". 

Además, Elba se atreve con algunas de las claves que serían necesarias para que la situación española cambiase para bien: "Que haya un mercado nacional sano, de coleccionistas, de mecenas, apoyados por una ley que haga todo esto posible. Unas instituciones, unos curadores que expongan fuera a los artistas españoles. Eso no pasa en este país".

Y, finalmente, un vaticinio, de alguién que conoce muy bien el sector: "El circo del arte tiene su tiempo contado. Lo que no va a cambiar es que siempre va a haber artistas buenos. Y eso es lo que hará que el sector del arte siga funcionando. No tengo temor de que nuestro trabajo se vaya acabar, se va a transformar".