Dentro del proyecto informativo colaborativo de reflexión sobre el futuro del arte y nuestra sociedad (#pensandoelfuturo / #pensandonofuturo), nacido en plena lucha contra la crisis del coronavirus, presentamos esta nueva entrevista con  Cecilia Fajardo-Hill, curadora, escritora, historiadora del arte y docente, y que, como el resto publicadas y/o por publicar, ARTEINFORMADO ofrece en abierto para que sigamos "todxs en casa pero todxs bien informadxs": 

ARTEINFORMADO (AI): En estos momentos de incertidumbre, ¿qué mensaje de ánimo y de confianza le gustaría trasladar a todos los operadores y actores del mundo del arte?

Cecilia Fajardo-Hill (CFH): El arte es un espacio de libertad epistemológica, sensorial e imaginativa; un lugar desde el cual podemos desde la subjetividad, construir políticamente y poéticamente sentido. Este no es el momento de confundirnos y pensar que el limite del arte lo establece el sistema, el gobierno, la institucionalidad, el mercado del arte. Este momento de 'ground zero' ofrece una oportunidad, desde la incertidumbre mas profunda de experimentar y de pensar en como contrarrestar la manera como el sistema neoliberal al cual estamos supeditados, coloniza nuestra subjetividad. Tal como propone André Lepecki en su libro 'Singularities: Dance in the Age of Performance' el arte tiene el potencial de ser portador de extrañeza (Bearer of strangeness), de ser irreducible, de poseer una multiplicidad y complejidad que escape a lo hegemónico. Tenemos (artistas, curadores, educadores, escritores, etc) la oportunidad durante este período de silencio, de proyectos y viajes cancelados o pospuestos, (en esto me incluyo ya que todos mis proyectos y planes han sido pospuestos) de no experimentarlo sintiéndonos víctimas, sino de recuperar centro. En lo personal, este es un período para reflexionar sobre mi rol presente y futuro como curadora, escritora e historiadora del arte, a conciencia que el arte para mi es un espacio de resistencia existencial, es un proceso constante de crisis, un laboratorio sin límites establecidos y con potencial emancipatorio.

AI: ¿Cómo cree que va a cambiar el sistema del arte, en general, y el trabajo de curaduría, en particular, a partir de ahora, en lo referente a conceptualización de proyectos, relaciones con otros profesionales y/o organizaciones y estrategia de comunicación? ¿Toca reinventarse?

CFH: Quisiera poner la presente crisis en perspectiva. Si bien muchos en circunstancias normales tenemos acceso a diversas plataformas de participación en el mundo del arte, muchísimas no lo han tenido, o sigue siendo difícil y restringida su inclusión. Por ejemplo mujeres artistas por siglos tuvieron que trabajar en sus cocinas, bajo pseudónimos, en oscuridad, sin jamás recibir reconocimiento. Miles de artistas no han experimentado la oportunidad de participar en el mercado, ni en bienales o exhibiciones de museos (o de hacerlo en sus términos), y tampoco tienen galería. Las estadísticas de participación de artistas mujeres, Chicanx, Latinx, artistas de origen africano, artistas indígenas, son patéticas. Algunos no están ni siquiera interesados en participar de la institucionalidad y el circuito globalizado del arte. Esta pausa que estamos viviendo, en la escala del tiempo, podemos pensarla dentro de la perspectiva de las pausas (por maternidad, falta de posibilidad, problemas económicos, etc) y la invisibilidad indefinida de tantos protagonistas -no solo artistas, sino intelectuales, músicos, curadores, etc- Quizás una de las cosas que pudiera salir de esta crisis es la conciencia de cuan colonial, patriarcal, racista y clasista sigue siendo el sistema y pensar en modelos y formas de reflexión y agencia mas críticas; de pensar el sistema mas como un laboratorio que espacio delimitado y status quo. Si salimos de esta crisis, enfatizando el sentido de competencia y sobrevivencia, habremos perdido nuestro tiempo sintiéndonos víctimas, y no habrá expansión.

Hay ejemplos muy interesantes que han surgido de colaboraciones entre artistas, donde están proponiendo otros modelos económicos. Un ejemplo importante es la plataforma de Quarantine, que se propone como 'un experimento colectivo de re-imaginación del modelo económico de las artes', y en el cual participan artistas tales como: Paulo Bruscky, Lenora de Barros, Lia Chaia, Marilá Dardot, Nicolás Robbio, Laercio Redondo y Rosângela Rennó. Es una suerte de cooperativa donde cada obra es vendida al mismo precio independientemente de quien sea la artista y los recursos son distribuidos entre todos. 

También hay iniciativas como Performances de encierro de Adriana Pastorini quien invita artistas a grabar un video de un minuto  sobre la experiencia del encierro. O Liliana Porter y Ana Tiscornia que hicieron y compartieron un nuevo vídeo que nace del encierro.

Tambien vemos como artistas estan creando formas de trabajo que generan participación, como en el caso de Josely Carvalho, cuya instalación 'Olfatoria Entre os Cheiros da História' en el Museu Histórico Nacional in Rio de Janeiro fue pospuesto, mientras tanto propone una reflexión sobre Covid19, partiendo del hecho que no tiene olor que nos alerte de su presencia, y nos invita a ir a su sitio web y contribuir escribiendo sobre el olor del miedo, y el miedo es algo realmente relacionable en este momento para todos. 

Las instituciones estan ofreciendo mucha información interesante en línea, como por ejemplo Teorética, en su plataforma digital Buchaca Generosa - Edición desde casa, publica en línea conversaciones importantes que nos ayudan a pensar el presente y futuro. Ayer justamente recibí un email en el cual Nicolás Guagnini presentaba un vídeo en la vídeo plataforma Kino Süd que durante este período muestra un vídeo nuevo cada día. Si vas al sitio web por ejemplo del Museo del Chopo, este ofrece una gran cantidad de actividades virtuales bajo en nombre 'El Chopo en casa',  que va desde música, charlas y performances. O Studio Art International que ha creado una plataforma de exhibiciones que han sido cerradas y ahora son virtuales.

El leit motif de todos estos ejemplos es la colaboración, la colectividad y la generosidad. Si estas cualidades consiguen sobrevivir y florecer luego que las cosas se normalicen, esta crisis habrá producido algo de enorme importancia.

AI: ¿Piensa ahora que debería acometer una nueva fase online para visibilizar y difundir más y mejor tus proyectos? Si, es así, ¿qué medidas baraja implementar de cara al futuro en su nueva estrategia digital y que no venía ejecutando? 

CFH: Han pasado poco mas de dos meses desde que estamos en cuarentena y aún no sabemos nada del futuro, ni cuando, ni como nuestras vidas se reanudarán fuera de nuestro confinamiento. Los cambios requieren de tiempo. Primeramente quiero decir que el mundo virtual ha representado una plataforma válida para consolidar voces y mantenernos conectados a la vitalidad e importancia únicas del arte, pero el mundo digital no es la gran respuesta, es solo una de ellas a largo plazo. Este semestre he estado dando clase sobre arte latinoamericano en Princeton, y la mitad del curso ha ocurrido en linea. Si bien salvó el semestre, es una forma realmente alienante de pedagogía. El cuerpo presente es esencial. 

Como también me dedico a la enseñanza, se perfectamente que una reproducción en una pantalla de computadora, de una video instalación de varios canales que tiene una escala específica que necesita ser inmersiva; o el registro fotográfico de un performance, nunca reemplazarán la experiencia sensorial, corporal e intelectual del arte no mediatizado. El arte siempre ha sido medium specific, a menos que una obra haya sido concebida para la pantalla, el trabajo se ve reducido. La noción de embodiment que ofrece el arte, o formas de arte participativas, no son reducibles a la pantalla o el mundo virtual. Se ha peleado mucho para relativizar el confinamiento y significado del marco de la obra y la pantalla es una nuevo marco que si bien es útil también tienes constricciones. Digo todo esto para enfatizar que en lo personal no voy a pensar en migrar mi práctica curatorial al mundo virtual. Éste sera un formato pero no su eje principal. Hace unos años trate de crear una plataforma digital para experimentar con las formas de mirar el arte abstracto contemporáneo, al proponer diferentes planos en la pantalla que ofrecieran relacionalidad entre formas y posibles contenidos. Al final no conseguí desarrollar la tecnología, y en vez he estado trabajando en un libro.

Una de las experiencias que me han marcado durante la epidemia fue que mi amiga, la artista colombiana de performance Maria Evelia Marmolejo, quien participó en "Radical Women" y que vive en Nueva York tuvo coronavirus. Ver como Maria Evelia luchó en este período fue impactante, ya que su proceso de sanación, -y la sanación como principio ha marcado toda su obra- no lo vivió únicamente dentro de su vulnerabilidad humana, sino también como experiencia corporal, como una experiencia en la cual el arte y la vida se funden. Esto va a resultar sin duda en una obra que tendrá trascendencia. Hilando esta experiencia, Laura Lona, la directora Mandrágoras, un espacio actualmente durmiente en Nueva York, donde Maria Evelia realizó un performance en el 2011, ha estado pensando en generar situaciones corporales en el espacio que sean catalizadoras de sanación a través del arte y Maria Evelia sería la primera persona en participar. Este es un ejemplo donde se genera una sinergia entre vida, arte, afecto y un posible futuro.

En América Latina estamos acostumbrados a trabajar con restricciones económicas, de tiempo, de espacio, pienso que entonces necesitamos dejar de soñar que tendremos situaciones ideales de producción, sino de abrazar la precariedad y contingencia y ser creativas y expansivas, para que no dejemos de hacer. Lo que esta pasando agrega más complejidad a un sistema ya muy complicado y difícil, pero  mientras nos mantengamos en diálogo abierto con lxs artistas y su obra, a las respuestas a la crisis y al mundo actual, podremos seguir pensando en las estrategias de trabajo que se necesitan.