El artista brasileño Cildo Meireles (Río de Janeiro, 1948), galardonado con el Premio Velázquez 2008, regresa a España con una gran exposición, que se inaugura, el próximo 23 de mayo, en el Palacio de Velázquez del madrileño Parque del Retiro. Se trata de una amplia muestra, en la que se reúnen más de cien obras entre instalaciones, dibujos, pinturas, esculturas y piezas sonoras, que recuerda bastante en su planteamiento curatorial a la organizada, en 2009, por el Macba (Museu d''Art Contemporani de Barcelona), donde también se pudieron ver sus grandes instalaciones, dibujos y objetos realizados entre 1967 y 2008. Sin embargo, en esta nueva exposición, también sin ánimo retrospectivo, que comisaría João Fernandes, subdirector del Museo Reina Sofía, y que luego viajará a la Fundação Serralves de Oporto y HangarBicocca de Milán, se producen notables novedades como son las reproducciones de varias de las instalaciones más relevantes de la trayectoria artística de Meireles, algunas de las cuales nunca se han mostrado con anterioridad, como es el caso de Amerikkka; y otras se presentan por primera vez en España, como Olvido, Entrevendo o Elemento que desaparece/Elemento desaparecido. Se está, por tanto, ante una nueva oportunidad para conocer, de primera mano y de forma amplia, la obra de uno de los creadores latinoamericanos más comprometidos del momento, quien está considerado además como uno de los pioneros en el desarrollo internacional del arte conceptual.

Y es que, no se puede pasar por alto, que la figura de Cildo Meireles es fundamental para entender la vanguardia artística brasileña de posguerra ya que supone un puente entre el neoconcretismo de finales de los años cincuenta y el arte conceptual brasileño de finales de los sesenta. El neoconcretismo, cuyos principales representantes -Hélio Oiticica, Lygia Clark y Lygia Pape- son referencias constantes en la obra de Meireles, rechaza el racionalismo extremo de la abstracción geométrica para crear obras más sensoriales y participativas, que apelan no sólo a la mente sino también al cuerpo. El optimismo utópico de este movimiento se vino abajo tras el golpe de Estado de 1964, que abrió paso a un régimen militar dictatorial y marcó a una nueva generación de artistas como Antonio Manuel, Artur Barrio -Premio Velázquez 2011-, y claro está, al propio Meireles, cuya obra tiene un mayor compromiso político, reflejo del contexto histórico brasileño. Sus trabajos, aparte de haberse presentado en varias ocasiones en importantes muestras internacionales como la dOCUMENTA de Kassel, o las Bienales de São Paulo y de Venecia, forman parte de diferentes colecciones de museos como es el caso de la Tate Modern de Londres, el Museo de Arte Moderno de Sao Paulo, el Stedelik Museum de Ámsterdam, el Macba de Barcelona, el Artium de Vitoria, el Museo Serralves de Oporto o el Museo Reina Sofía de Madrid. Gustavo Pérez Diez. ARTEINFORMADO